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La pirekua, es el canto histórico tradicional de las comunidades indígenas purépechas, en su origen lo usaban chichimecas y uakusecha en sus plegarias y para rendir culto a sus dioses, principalmente a Curicaueri (Gran fuego o gran hoguera) y a Cueravaperi,(Madre de todos los dioses), así también para una serie de entidades de la naturaleza que fueron como sus dioses e inspiradores: el viento, el fuego, la lluvia o los símbolos zoomorfos. Para los purépechas de la época prehispánica, la música, el canto y la danza tenían una gran importancia en sus ceremonias.

 

Se piensa que en sus inicios, la pirekua fue un canto a capela, en ocasiones, acompañado de percusiones como la kirinkua o con los silbidos graves y agudos de caracoles, ocasinas y silbatos.

 

¿Sabías que…?

 

  • El pueblo purépecha fue un pueblo mesoamericano valeroso y audaz, ya que fue el único que jamás se sometió al dominio mexica.
  • La famosa Danza de los Viejitos se baila al ritmo de pirekuas

 

La pirekua es un canto purépecha de embeleso, expresa la más profunda dulzura, nostalgia, belleza y pasión a todo su entorno

 

La pirekua (pireni: cantor y kua: canción), es una composición musical que se ha transmitido entre los purépechas de forma oral, de generación en generación, es interpretada por hombres, mujeres y también por niños que inician desde pequeños porque de sienten orgullosos de su lengua y de sus raíces, es una expresión cultural que se mantiene viva. En los últimos tiempos, se ha presentado en forma escrita y a través de grabaciones.

 

La pirekua ha sido fundamental para preservar la lengua y la cultura purépecha, como ha sido el instrumento de diálogo entre las familias y las comunidades y contribuye al estrechamiento de sus vínculos

 

Los purépechas la cantan en su lengua nativa o en español, incluso en algunas combinan ambos idiomas y otras son interpretadas instrumentalmente. La pirekua que se canta, tiene un ritmo lento por regla general, puede presentar también estilos no vocales utilizando ritmos diversos como los sones (3/8) y los abajeños (6/8). Generalmente, se canta manera individual, en dueto, en trío o en grupos corales; pueden acompañarse con una o dos guitarras, con orquesta de cuerdas o cantarse a capela; en la actualidad también suele acompañarse de bandas de viento.

 

Los pirériechas o pireris, (intérpretes o autores), son reconocidos por su creatividad y sus interpretaciones de canciones antiguas. La letra recurre frecuentemente al uso de símbolos y abarca una amplia gama de temas; al simbolismo de las flores, vinculado a la idealización de la mujer (como metáfora); a la nostalgia y al abandono, al noviazgo, al enamoramiento y cortejo, la muerte y la vida, lo divino y lo sagrado, lo onírico y lo fantasioso, lo político y lo controversial, la pobreza, el llanto y la alegría, la educación y la consciencia colectiva, la migración y al deterioro ecológico, los problemas que aquejan a una familia o a una comunidad; el reconocimiento a personajes históricos como Tata Vasco y Lázaro Cárdenas, así como a hechos sociales como la Revolución Mexicana y fenómenos naturales como la erupción del Volcán Paricutín; también le cantan a sus tradiciones y costumbres, a sus fiestas, a sus artesanías y a su gastronomía.

 

La abundancia de estilos, resulta de la mezcla de influencias africanas, europeas y amerindias, y se han observado variaciones regionales en 30 de las 165 comunidades purépechas existentes.

 

En noviembre del 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró la pirekua, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

 

Después de la conquista

 

La pirekua, fue el sincretismo de la música y cantos religiosos de los evangelizadores españoles con las reminiscencias de la música indígena purépecha (Sonecitos de la Tierra y sones del Costumbre).

 

Néstor Dimas Huacuz, de El Colegio de Michoacán, en su libro la Tradición de la pirekua en la sociedad p´urhépecha, entre otras muchas cosas, señala que:

 

Los primeros frailes comenzaron la evangelización y para lograrlo utilizaron todos los elementos y significados posibles, considerando la música, la danza, el teatro y el canto.  Existe muy poca evidencia documental acerca del canto, los diccionarios del siglo XVI, revelan que hubo maneras de cantar, en su mayoría se refieren a las acciones emprendidas a través del canto con fines de evangelización. También sugieren la existencia de un canto lírico popular entre la gente común.

 

Fray Juan de Torquemada da noticia de cómo los indígenas fueron enseñados en la música, y otros aspectos que pertenecen al servicio de la iglesia:

 

“La primera cosa que aprendieron y cantaron los indios fue la misa de nuestra señora que comienza: Salve Sancta Parens. No hay pueblo de cien habitantes, que no tenga cantores, que oficien las misas, y vísperas de un canto de órgano y con sus minístrales e instrumentos de música, ni hay comunidad apenas por pequeña que sea, que deje de tener siquiera tres o cuatro indios que canten cada día en su iglesia las horas de nuestra señora, especial en la provincia de Michoacán y Jalisco…” (Torquemada, p. 213).

 

Además, informa que aprendieron a escribir, pautar, hacer canto llano y canto de órgano y de ambos hicieron libros y “psalterios” de letra gruesa para sus coros. En muchos casos los frailes componían o traducían los himnos a las lenguas nativas para cantarse en los centros de evangelización. Así lo refiere por ejemplo Cristóbal Cabrera al referirse a don Vasco de Quiroga:

 

“[…] Los himnos traducidos a su propia lengua, compuestas por el anciano Obispo (Vasco de Quiroga) […] me los había dado antes a mí para que examinara su metro y ritmo. Eran estos himnos tan piadosamente afectuosos, que con dificultad se hallarían otros mejores […]”.

 

También los Agustinos impartieron la enseñanza de la música y el canto, entre ellos y probablemente el más importante, fray Sebastián de Trasierra. Según Álvaro Ochoa, el fraile no tuvo mayores problemas para que los purépechas de la sierra aprendieran la versión europea del canto, y ya pasada la prueba destacaran las comunidades de Parangaricutiro y Zacán, en donde Basalenque afirma que:

“[…] hay tanta curiosidad en la música de coro y la doctrina que iguala a la del pueblo de Tzirosto”. (Basalenque 1963: 264).

 

Fuentes:

 

Ismael García Marcelino. Enciclopedia de la Literatura en México. Pirekua. 10 de sep. 2019. Consultado el 20 de septiembre de 2021. Disponible en: http://www.elem.mx/genero/datos/15

 

Gobierno de México. Cultura. La pirekua (canto en lengua p´urhépecha) como manifestación del arte musical. Consultado el 20 de septiembre de 2021. Disponible en: https://sic.cultura.gob.mx/ficha.php?table=frpintangible&table_id=208

 

Néstor Dimas Huacuz, El Colegio de Michoacán. La tradición de la pirekua en la sociedad p´urhépecha. Consultado el 21 de septiembre de 2021. Disponible en: https://www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/059/NestorDimasHuacuz.pdf

 

UNESCO. Cultura. Patrimonio Inmaterial. La pirekua, canto tradicional de los p´urépechas. . Consultado el 21 de septiembre de 2021. Disponible en: https://ich.unesco.org/es/RL/la-pirekua-canto-tradicional-de-los-purhpechas-00398

 

Grupo Xcaret. La Danza de los Viejitos, símbolo de la cultura Michoacana. 5 noviembre de 2020. Consultado el 21 de septiembre de 2021. Disponible en: https://www.grupoxcaret.com/es/la-danza-de-los-viejitos-simbolo-de-la-cultura-michoacana/#:~:text=La%20danza%20se%20baila%20al,UNESCO)%20en%20el%20a%C3%B1o%202010.

 

Historia de México. Culturas Mesoamericanas. Cultura purépecha. Consultado el 21 de septiembre de 2021. Disponible en: https://www.historiademexicobreve.com/2013/04/cultura-purepecha.html