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Si no haz leido la primera parte de la historia de Leonora Carrington da clic aquí: https://casamejicu.com/blogs/personajes-deidades-y-simbolos/leonora-carrington-un-universo-mental-complicado-expresado-a-traves-del-arte-de-la-fantasia

Leonora regresa a Inglaterra en 1936 y comienza su educación como artista en la academia de arte Amédée Ozenfant en Londres, asiste a la primera exposición surrealista donde exhibía Max Ernst, ¡quedó fascinada! Un año después, con tan sólo 20 años de edad, conoce a Max Ernst, él estaba casado y era 26 años mayor que ella, se enamoran y se marchan a París, este evento provocaría el rompimiento de Leonora con su familia. Ernst la introdujo en el ámbito de los artistas Pablo Picasso, Salvador Dalí, Joan Miró y André Bretón, Leonora reconoce sus talentos, pero los considera arcaicos por lo que pensaban sobre las mujeres; la recibieron como una de sus principales musas, por lo cual, Leonora comentaría en algún momento: “Nunca tuve tiempo de ser musa de nadie. Estaba más ocupada rebelándome contra mi familia y aprendiendo a ser una artista”.

La pareja se marcha a una granja del sur de Francia, donde vivirían un romance idílico, lleno de libertad, independencia y creando obras, todos los muros son pintados con criaturas fantásticas, en este lugar Ernst nombra a Leonora “La Novia del Viento” y él “Loplop”, el rey de los pájaros”, le enseña técnicas como el frottage, motivada por los momentos que vivía, incursiona en la escritura con elementos autobiográficos y surrealistas.

En los inicios de la II Guerra Mundial, Max Ernst de origen alemán, fue apresado por los franceses por considerarlo enemigo extranjero, esto le provocó a Leonora un desequilibrio nervioso y huye a España, su padre la interna en un hospital psiquiátrico en Santander, en donde recibe una terapia martirizante. Nuevamente, su padre ordena que la trasladen a otro sanatorio en Sudáfrica, afortunadamente pudo escapar antes del embarco y de la influencia de su padre, se dirige a la embajada de México en Lisboa, para encontrarse con su amigo Renato Leduc, él la apoyó, así establecieron un matrimonio de conveniencia para poder migrar a Nueva York y posteriormente a México. Estos hechos y altibajos marcaron su vida.

Leonora llega a México en 1942 y al año siguiente se divorcia de Leduc, se enamora del folclor y el misticismo mexicanos, expresiones que la inspiran para el enriquecimiento y desarrollo de su potencial artístico, así como el estudio de los escritos de Carl Jung, del Cábala y del budismo, es cuando decide quedarse en México para siempre. La artista se integra con la comunidad de surrealistas europeos que llegan a nuestro país, entre ellos Remedios Varo, a quien consideró su íntima y gran amiga; y Kathy Horna; entabla relaciones con los artistas mexicanos Frida Kahlo, Carlos Monsiváis, Octavio Paz, Luis Buñuel y Carlos Fuentes; hizo gran amistad con la escritora Elena Poniatowska, quien publicó Leonora en 2011, una novela inspirada en la vida de la pintora y también, conoce a Edward James, rico personaje inglés que patrocinaba a los surrealistas. En 1944, se casa con el fotógrafo húngaro Emérico Weisz, “Chiqui”, con quien tuvo dos hijos, Gabriel y Pablo.

En 2005 fue galardonada con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el rubro de Bellas Artes; y la Medalla Bellas Artes, máximo reconocimiento proporcionado por el Instituto Nacional de Bellas Artes. En 2018 se abre el Museo Leonora Carrington, con sedes en Xilitla y el Centro de las Artes en San Luis Potosí, México,

Trabajó durante toda su vida hasta que llegó el sueño eterno a los 94 años, un 25 de mayo del 2011.

¿Sabías que…?

La expresión: “Me gustaría deshacerme de las ilusiones. A mí lo que me fascina es tratar de acercarme a lo real, pero no sabemos nada. Y hoy vivo entre el aburrimiento y la vergüenza de pertenecer a un género animal como el ser humano. Por eso me gustaría ser un elefante, pero salvaje, no dejarme de nadie; aunque la tortura continúa, dentro de la poca libertad que logré”, es de Leonora Carrington.