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Aunque la palabra “mitote” te remita a una fiesta para unirte con tus amigos y celebrar cualquier evento, es importante que conozcas el origen antiguo de la palabra Mitote, basado en los rituales ancestrales de ciertas danzas indígenas, que nos revelan la profunda importancia que ha tenido esta tradición en diversos pueblos pertenecientes a la cultura mexicana.

 

Antecedentes

 

La Danza de los Mitotes, es un ritual antiquísimo celebrado por los pueblos: coras, huicholes, tepehuares y los grupos mestizos autodenominados rancheros. que residen en el Gran Nayar, región serrana que comprende territorios de cuatro estados, Nayarit, Jalisco, Durango y Zacatecas.

 

Los coras de Nayarit

 

Este grupo lo constituyen aproximadamente 18,000 individuos que habitan en diferentes comunidades, cada una con su propio territorio, sus autoridades comunales y su sistema de cargos. Una comunidad está compuesta por un centro político (cabecera comunal), por pequeños grupos de menor talla (anexos) y por los ranchos en donde residen los diversos grupos residenciales que se encuentra dispersos en su territorio.  Todos los náayeri (coras) comparten la lengua cora, perteneciente a la familia lingüística yutonahua, aunque cada comunidad practica una variante dialectal diferente, hoy en día, la mayor parte de sus integrantes habla también español, principalmente los que habitan cerca de las cabeceras comunales.

 

La cultura expresiva del pueblo náayari, tiene su veta en la música de la tradición del Gran Nayar. Escuchar los cantos del siglo pasado, nos remite al espíritu de lo colectivo y lo familiar, nos lleva a paisajes de la Sierra Madre Occidental, a un pueblo y una cultura que se han caracterizado por su resistencia al cambio y a las conquistas; y nos lleva a su persistencia por recrear y vivir la cultura del maíz, conservar los bosques, los árboles frutales, los animales, los sistemas de cargos ceremoniales y, sobre todo, la privacidad de su cultura, una característica muy propia de este pueblos. Los coras son portadores de una fabulosa tradición ceremonial.

 

Todo el comportamiento ritual, es concebido como el cumplimiento de una serie de prescripciones dictadas por las divinidades a los ancestros y transmitidas de generación en generación hasta los especialistas rituales del presente.

 

 

¿Sabías qué…?

 

A lo largo del año, los coras dedican más de 200 días a la realización de algún tipo de actividad ritual, así que los mitotes no son las únicas ceremonias que celebran, todo mitote comparte ciertas características que los distinguen de los otros rituales. 

 

Tres mitotes, tres momentos

 

Los coras practican una agricultura de subsistencia basada en el cultivo del maíz, por lo que consideran de suma importancia la realización de este ritual para mantener el buen funcionamiento de los ciclos naturales de plantas y animales. Los mitotes, también llamadas mehtyínyieta´aka, se celebran tres veces al año, coincidiendo con tres momentos fundamentales de la actividad agrícola ligada al cultivo del maíz: en enero se celebra el mitote del esquite, durante el periodo de almacenamiento de los granos; en junio, al inicio de la siembra, se celebra el mitote de la chicharra; y en octubre, antes de la cosecha, se festeja el mitote de los elotes. 

 

Preparativos

 

Cada una de las comunidades coras se encarga de la organización y de la ejecución de sus mitotes. Los poseedores de los diferentes cargos tradicionales asumen los preparativos, convocan a quienes poseen un cargo relacionado con la celebración y preparan el terreno en el que se realizará la ceremonia. Además de los mitotes organizados por cada comunidad, ciertos grupos de parentesco de descendencia bilateral, han heredado la tradición de llevar a cabo un ciclo ritual similar al de las comunidades. En estos mitotes particulares, participan únicamente los miembros de los grupos de descendencia, quienes poseen su propio patio, su propio conjunto de maíz de culto y han asignado a algunos de sus miembros los cargos relacionados con este tipo de ceremonias, los ejecutantes de los mitotes de estos grupos suelen estar relacionados con los de las comunidades, Así suele celebrarse primero el mitote comunal y posteriormente, los de los grupos de descendencia. 

 

Para la celebración de los mitotes, es indispensable la posesión de una tradición de cantos: su enunciación enmarca y dirige el desenvolvimiento del ritual, entonados por uno o varios cantadores especializados, los cantos animan la danza y guían a los participantes; y a las deidades que son esperadas para la ocasión. El canto divide el espacio en el que se lleva a cabo el ritual y permite la comprensión del tiempo en que transcurre. 

 

Desarrollo del Mitote

 

Los ciclos rituales comienzan con tres días de ayuno. Todos los participantes deben ayunar medio día durante los primeros dos días, en este momento, se reúnen en el patio para orar. Posteriormente, rompen el ayuno y comparten una humilde comida colectiva. Al mismo tiempo que realizan el ayuno, los diferentes encargados se distribuyen las tareas de preparación de la ceremonia. 

 

El mitote se realiza en patios circulares, se deshierba el terreno para la danza; en el centro, se colocan varias piedras grandes alrededor de lo que será una fogata que se mantendrá encendida durante toda la ceremonia, se colocará todo lo necesario para efectuar el ritual, al oriente se instala una pequeña enramada que sirve de altar y frente a éste se coloca un asiento para el cantador; desde allí entonará sus cantos en lengua cora y tocará un arco musical, se inicia la cacería, se junta leña, etcétera. Al anochecer de cada uno de los días, todos vuelven a reunirse en el patio para un nuevo ciclo de oraciones, los participantes se instalan en el patio y pasan allí la noche.

 

Al amanecer del tercer día, las mujeres preparan la comida y los hombres parten a la cacería del venado y al monte a buscar las flores para el ritual. El cantador ajusta su asiento y arma su arco musical; los niños que ocupan los cargos centrales del mitote se ponen sus trajes, durante el día se concluye la decoración del patio y la preparación del maíz al que se rendirá culto. Al igual que en los días anteriores, todos los participantes se reúnen al medio día en el patio, oran; más tarde, comparten una comida más sustanciosa y elaborada; después, las mujeres regresan a la cocina y los hombres terminan la preparación del patio y el altar; si cazaron un venado, se encargarán de limpiar y cocer la carne. 

 

Al oscurecer, colocarán las diferentes flechas ceremoniales en sus sitios. Ya entrada la noche, todos se reúnen para orar y se preparan para la danza, más tarde, el cantor se coloca en su asiento y toma su arco musical, entonces comienza a cantar acompañando su voz con el retumbar del arco e invitando a los presentes a ponerse de pie y a danzar a su alrededor.

 

La danza, los cantos y la creación del mundo

 

Los cantos seguirán hasta la salida del sol, están relacionadas con las diferentes narraciones míticas que hablan de la creación del mundo, pero también hacen referencia al ritual que se está realizando: el cantador, además de referirse a distintos episodios del mundo, describe cómo las deidades se van acercando al patio en el que se realiza la danza. El tema que sirve de hilo conductor para toda esta serie de cantos, va narrando la vida del venado, considerado por los coras, el hermano mayor de los hombres: nacimiento, vida, sacrificio y renacimiento. El cantador no concluirá sin cerca del mediodía, el encargado del patio lo releva y pronuncia una oración ante los participantes, en la que los invita a tomar asiento para comer y descansar. 

 

Durante el cuarto día, además de las tortillas y los tamales, se reparte caldo de venado, de iguana y de pescado, además de frutas y otros productos aportados por los participantes. Posteriormente, el cantor retoma su actividad, esta vez para que los participantes ejecuten con la danza, una serie de juegos entre ellos. Los cantos que se desarrollan en esta sección varían de acuerdo con el grado de desarrollo que presenta el maíz (semilla, fruto o grano), y problemas que pueden afectarlo durante las diferentes etapas de su ciclo de vida. Luego de los juegos, todos ayudan a desmontar el altar y guardar la parafernalia, después de esto, el ritual ha terminado.

 

Fuentes

 

Valdovinos Alba, Margarita, “Los mitotes y sus cantos: transformaciones de las prácticas culturales y de la lengua en dos comunidades coras”, en Dimensión Antropológica, vol. 34, mayo-agosto, 2005, pp. 67-86. Disponible en: http://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/?p=1101

 

Museo Indígena. El mitote es un ritual practicado por los pueblos del Gran Nayar: #Coras, #Huicholes, #Tepehuanes y #Mexicaneros. Abril 15, 2015. Consultado el 21 de mayo del 2021. Disponible en: https://twitter.com/MiMuseoIndigena/status/720990606986723328/photo/2

 

Jesús Jauregui, Johan Neurath. Fiesta, Literatura y Magia en el Nayarit. Open Edition. Books. Centro de estudios mexicanos y centroamericanos. https://books.openedition.org/cemca/2229