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Descubierta en febrero de 1978 en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a los pies de la escalinata del edificio de Huitzilopochtli (Dios del Sol), frente al Templo Mayor, desenterrada después de permanecer en el subsuelo por 500 años, el monolito de piedra de andesita rosada pesó casi 8 toneladas, con un diámetro de 3.20 m. 

La diosa mexica Coyolxauhqui tiene una historia impactante que involucra una traición y una venganza que no todos conocen.

El mito cuenta que Coatlicue, la madre tierra, quedó embarazada por una bolita de plumas que provenía del cielo y la guarda en su vientre, al enterarse Coyolxauhqui, lo considera una ofensa ya que pensó que había sido un desconocido, furiosa, acuerda con sus hermanos las estrellas ¡matarla!. Con este objetivo salen de Aztlán rumbo al cerro Coatepec y es entonces cuando Huizilopochtli, quien se encontraba   en   el vientre de Coatlicue, lo presiente y nace ataviado para la guerra y armado con una serpiente de fuego, llamada Xiuhcóatl, la que usa para decapitar a Coyolxauhqui, para después arrojarla desde lo alto del cerro Coatepec. Al ir cayendo, la diosa fue desmembrándose, lo que explica un fenómeno celeste, en el cual la luna muere y nace por fases y así fue encontrada al pie de la escalinata de Huitzilopochtli en el Templo Mayor.

¿Qué significa Coyolxauhqui?

En   náhuatl   significa “la   adornada   de   cascabeles”:   derivado   de   las   voces “coyolli”, cascabel y “xauhqui”, que adorna. El nombre ejemplifica muy bien la belleza que tiene su escultura, la cual, como   muchos   de   los monolitos realizados por los mexicas, tenía colores sobre la piedra.

Los investigadores Lourdes Cué, Fernando Carrizosa y Norma Valentín, fueron quienes identificaron los 5 colores que realzaban la belleza de esta diosa lunar y que sobrevivieron en las porosidades de la piedra, los cuales son: el rojo que proviene de la amatita, el ocre de la geotita, el blanco de la calcita, el negro del humo y el azul maya de la combinación de hojas de añil y poligorskita, los cuales corresponden al patrón de colores del Templo Mayor:

Sin embargo, su nombre también podría relacionarse con los caracoles que adornan sus tobilleras, los cuales menciona Lourdes Cué, son un emblema de los guerreros muertos, asociados con el sacrificio y entidades como el sol. Un dato curioso es que podemos ver a las falsas coralillos atadas en diversas partes de su cuerpo. Estos animales se asocian con Cihuatéotl y representan a la   mujer   que   muere   en   parto.   No obstante, en esta representación las serpientes tienen dos cabezas y eso las convierte en maquizcoatl, una culebra mítica asociada a la muerte.

¿Y por qué Coyolxauhqui estaba en nuestras manos?

La   imagen   de   la   diosa   lunar   tallada   en   el   bloque   circular   de   andesita aproximadamente en el año de 1469 fue utilizada para la elaboración de la moneda de 50 pesos, acuñada entre los años 1982 y 1984, siendo la más escasa para coleccionar la de 1983.

A fines de la década de los años 80, se emitió el billete de 10,000 pesos de Lázaro Cárdenas, en cuyo reverso puede verse a Coyolxauhqui. Este diseño fue conservado cuando se hizo la reforma para los nuevos pesos en el año 1992, quedando un billete de 10 nuevos pesos. 

Finalmente, su representación ha sido usada para acuñar una moneda de la serie Cultura Mexicana, para la Casa de Moneda de México.

¿Sabes que actualmente estas monedas tienen un gran valor? Cuéntanos…