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Centro del Universo

Para los turistas como para los pobladores de la ciudad de Oaxaca, el Zócalo es algo más que la plaza más hermosa de México, Más que otras plazas, ésta cumple la función de todos los zócalos, un lugar para hacer nada, se llena de un silencio que no proviene de la ausencia de movimiento, sino que es como si todo sonido hubiese sido borrado, vaciado de toda actividad humana, es recuperar el estado de “perfecta paz” que sólo puede ocurrir en el centro, es recordar los elementos diversos que la han conformado, la evocación de los guerreros que la defendieron, su trazos, sus colores, su naturaleza, sus casas, sus iglesias, sus leyendas, su clima, su gastronomía, forman las imágenes que se viven y que se encuentran en la memoria, haciéndolo único para cada uno de nosotros, creando una metáfora interior como estar en el  “Centro del Universo”.

La Plaza de la Constitución, conocida como el Zócalo, en el corazón de la ciudad de Oaxaca de Juárez, con 489 años de historia,  tuvo diversos cambios desde su diseño original hasta el año 1901, durante este último, se colocó el quiosco actual de influencia modernista. En 2005 fue remodelada y luce como actualmente la conocemos, cuenta con 11,000 mt² de superficie total, 2,200 mt² de áreas verdes, en las cuales se encuentran los laureles centenarios que han sido testigos de nuestra grandiosa historia; pisos de piedra basáltica en los andadores, 4 fuentes a su alrededor y más de 10 jardineras.

El Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca de Juárez, en conjunto con la Zona Arqueológica de Monte Albán, fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, en 1987. El Centro Histórico obtuvo la declaratoria por ser un ejemplo único de ciudad virreinal del siglo XVI, la cual conserva su traza original, su arquitectura típica y edificios representativos de una tradición cultural de más de cuatro siglos de arte e historia.

Antecedentes.

Para entender la grandeza de México, es esencial conocer sobre uno de sus lugares prehispánicos más emblemáticos y es precisamente Monte Albán. Durante mucho tiempo, fue la sede del poder dominante en la región de los Valles Centrales de Oaxaca, situado a 10 km. de la actual capital. Esta metrópoli mesoamericana estaba constituida con una población pluriétnica, que eran los zapotecos y los grupos invasores, los mixtecos y los mexicas. A lo largo de su historia mantuvo vínculos muy fuertes con otros pueblos de gran importancia en Mesoamérica, especialmente con los teotihuacanos durante el Período Clásico Temprano.

En el Período Posclásico (950-1521 d.C.) se fraguaron las luchas más cruentas entre dichos grupos para obtener el poder. Los mixtecas conquistaron Monte Albán y Cuilapan, ocuparon el sitio y el poder político del pueblo zapoteco, el cual se dividió entre varias ciudades-estado, como Zaachila, Yagul, Lambityeco y Tehuantepec. La situación de los zapotecas atravesaba un periodo de incertidumbre, por lo que Cocijoeza, hijo de Zaachila III y rey de los zapotecas de Zaachila (1487-1523), se enfrentó a muerte con los mexicas para defender el imperio zapoteca de la expansión azteca en el cerro Guiengola, en Tehuantepec, esta distención los llevó a lograr provechosos acuerdos, sellando la hermandad con el emperador mexica Ahuizotl (1468-1502), mediante el matrimonio de su hija Coyolicatzin con Cocijoeza.

Entre 1487 y 1523, el emperador Ahuitzotl mandó a establecer Huaxyacac, (del náhuatl Huāxyacac, "en la punta del huaje”), los guerreros aztecas llegaron a este territorio, talaron parte del bosque de guajes para ahí edificar sus viviendas, se instalaron en las inmediaciones del cerro llamado en zapoteco, Dani Noayaa Loani, hoy “Cerro del Fortín” en la ciudad de Oaxaca de Juárez. En 1520 se reinicia otra guerra entre zapotecos y mixtecas por la dominación del territorio, pero a la llegada de los conquistadores españoles fueron desplazados para dar paso al asentamiento hispano.

Época Colonial

En México, las ciudades coloniales españolas fueron construidas sobre las ciudades precolombinas, los españoles creían que el nuevo mundo debía regirse por un nuevo orden.

Oaxaca estuvo cambiado de lugar y de nombre durante algunos años: primero en 1520 como Villa de Segura de la Frontera, sobre las lindes del antiguo puesto militar mexica. Hernando de Badajoz se hizo cargo del nuevo gobierno de la Villa. Un mandato real permitió que el nuevo asentamiento adquiriese la categoría de villa el 14 de septiembre de 1526.

En 1529 llega Juan Peláez de Berrio al valle y encuentra una población española sin autoridad local y sin un trazo organizado, traía instrucciones precisas para arreglar y agrandar el asentamiento, que a partir de entonces se llamaría Antequera, para el 24 de junio de 1528 la población consigue la denominación de Villa de Antequera de Guaxaca.

El español, Alonso García Bravo, arquitecto de la ciudad de México y Veracruz, fue enviado para que trazara una retícula sobre los edificios demolidos del pequeño fuerte azteca, el diseño fue alineado, como siempre lo son los centros, hacia los puntos cardinales, escogió un punto equidistante de los dos ríos que cruzan el valle, el Atoyac y el Jalatlaco, de allí limita la plaza de forma cuadrada, en el costado sur, el Palacio de las autoridades tiene toda la calle, y metafóricamente o históricamente, hacia el sur, a una cuadra detrás, se encuentra ahora el mercado 20 de Noviembre, donde está el fantasma de otro centro, el de Huaxyacac, el pueblo arrasado. El cuadrado contiguo al norte, hacia la pequeña plaza que está junto y hacia la Alameda, otro centro de actividad y un recordatorio de que, apenas afuera del centro, hay siempre otro centro, lo destina a la Catedral. A los lados del centro, los cuadrados toman el tamaño de las calles prolongándose de norte a sur y de este a oeste, no hay cabeceras, las calles son todas de la misma longitud terminando en un perfecto tablero. Así mismo, consiguió que la orientación de los edificios e iglesias fuera la adecuada para que sus ventanas y sus puertas recibieran el sol durante todas las épocas del año.

En la Antequera se había definido la estructura de la ciudad colonial. La intensa actividad constructiva que impulsaron los españoles, solo fue posible gracias al trabajo de los indígenas, el esfuerzo muchas veces tuvo que redoblarse por la acción de los temblores, ya que la ciudad al igual que el Estado, presentan la mayor sismicidad en el país.

El 25 de abril de 1532 recibió el título de ciudad por parte de una Cédula Real, firmada por Carlos I en Medina del Campo, España, denominándose a partir de ese momento, la Muy noble y leal Ciudad de Antequera. nombre que conservaría durante el resto de la época virreinal.

El 10 de octubre de 1872 la ciudad recibió el nombre de Oaxaca de Juárez, honrando así la memoria de Benito Juárez, considerado Benemérito de las Américas.