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Como cada año, en el 2020 se celebraría tradicionalmente la Feria de la Nieve en el poblado de Santiago Tulyehualco, (en náhuatl, “lugar alrededor de los tules”), en la Delegación de Xochimilco de la Ciudad de México, ya todo listo y preparado para celebrar el 135^o aniversario durante la Semana Santa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara el 11 de marzo de ese mismo año, la epidemia de COVID-19 como pandemia. Debido a esto se suspenden festejos y actividades en todo el mundo.

El origen de la nieve en México data de la época prehispánica

Se dispensaba solo para sacerdotes y gobernantes, ya que su valor era muy elevado, llegando a costar hasta 20 semillas de cacao. Era uno de los manjares que se incluía en las ceremonias religiosas teotihuacanas para pedir a sus dioses “un buen año de cosecha” y lo hacían durante el día del equinoccio.

Algunos historiadores mencionan que los mexicas utilizaban corredores especiales, llamados tamemes, quienes sostenían la carga en sus espaldas, para transportar y proteger la nieve, se utilizaban sacos de pieles cubiertos de fibras de ixtle que evitaba que se derritiera, la bajaban de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, a su regreso, acostumbraban una parada en Santiago Tulyehualco.

Al llegar a Teotihuacán, picaban con sumo cuidado el hielo, le incorporaban mieles naturales de tuna, maguey, avispa y maíz, así como diversas frutas, además de cacao y capullin, esta mezcla la hacían en una cubeta de madera, con una pala y ¡mucha fuerza!, la giraban infinidad de veces, logrando con ello el estado sólido y textura adecuada. Llenaban vasijas de barro sobre cajas de madera con camas de hielo y sal para transportarla en canoa a Tlatelolco, donde se encontraba el mercado principal mexica, los gobernantes, nobles guerreros y doncellas llegaban a conseguir ahí la nieve y diversos productos, incluidos los más extraños y exóticos.

Algunos datos

Se dice que Moctezuma II, emperador de los Aztecas, quien consideraba la nieve una exquisitez y un privilegio, hacia llegar a la mesa de los españoles la nieve que sus sirvientes elaboraban y traían de los volcanes.

Fray Martín de Valencia, evangelizador que llegó durante la Conquista, introdujo la incorporación de la leche en la elaboración de la nieve e instituyó en 1529, la Feria de la Nieve en Santiago Tulyehualco, en tiempos actuales además de ofrecer las nieves, se realizan bailables, teatro del pueblo y se presentan infinidad de grupos musicales, es una sana diversión.  Muchas de las familias han conservado esta costumbre a través muchas generaciones, logrando la atención a nivel internacional.

En la época de la Colonia, los italianos introdujeron la garrafa para elaborar sus nieves, por esto se le llama hasta nuestros días, “nieve de garrafa”.

Se dice que los chinos, de la misma manera, mezclaban nieve de las montañas con fruta y miel.

Los califas de Bagdad, lo hacían con jugo de frutas, le llamaban sharbets, que significa “bebida” y es de donde proviene la palabra “sorbete”;

En 1295, Marco Polo introdujo en Italia las recetas de helados aprendidas durante sus travesías.

El verano es la época ideal para degustarlas ¡una experiencia refrescante!

La nieve de agua o leche es un método 100% artesanal, hecho totalmente a mano, sin conservadores, se elaboran cada día. En un principio se utilizaban agua y frutas diversas tradicionales, en la actualidad, se hacen también con leche y combinaciones extraordinarias, son medicinales, exóticas, con mezcal o tequila, enchiladas, de chapulín, guacamole, marinas, de frutas y cereales y muchas otras más, que han logrado la aceptación tanto de nacionales como de extranjeros.

Cabe mencionar que en otros lugares de la República Mexicana se realizan festejos similares para esta tradición milenaria, entre ellos se menciona Oaxaca, Veracruz, Coahuila, Michoacán y Nuevo León.