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El símbolo de la flor de cuatro pétalos en la Pirámide del Sol

Debajo de la Pirámide del Sol en Teotihuacan, fue descubierto una cueva en 1971, el acceso se encuentra frente a la plataforma adosada y se prolonga hacia el este por aproximadamente 97 metros, el final del túnel, que casi coincide con el centro de la construcción, se encuentra una cámara de cuatro lóbulos que tiene la forma de una flor de cuatro pétalos, cuatro como los barrios que definen el trazo de la ciudad, como los cuatro rumbos del universo presentes en la cosmogonía mesoamericana, flor de cuatro pétalos en el glifo de la ciudad y probablemente en su propio nombre. Los investigadores le llamaron la “cueva sagrada”, ya que pensaron que se utilizó con fines rituales o funerarios. 

La Dra. Doris Heyden, (1905-2005), una estudiosa de las culturas mesoamericanas de México, se percató que el símbolo de la flor de cuatro pétalos aparecía continuamente en Teotihuacan, coronando algunas figuras, por lo que consideró que podría tener un sentido dinástico; también lo asoció al túnel bajo la Pirámide del Sol, además, argumentó que es uno de los símbolos fundacionales de sitios sagrados y ciudades.

¿Sabías que…? 

En agosto de 2021, tuvo lugar uno de los hallazgos más excepcionales debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, en Teotihuacan, cuatro ramos de flores, atados con cuerdas probablemente de algodón, en excelente grado de conservación, que datan de entre el año cero y 200 después de Cristo. 

Usos

Las flores tuvieron diversos usos: artesanal, medicinal, alimenticio, decorativo, sagrado, energético, simbólico y adivinatorio.

Representaciones

La flor de cuatro pétalos teotihuacana tiene representaciones múltiples: grabadas en las vasijas trípodes de barro; en la arquitectura, esculpidas en la Subestructura de los Caracoles Emplumados; asimismo, se encuentran moldeadas en los adornos sobrepuestos a los incensarios o como tocado de figurillas de barro. 

La iconografía de plantas y flores de diferentes tipos, aparecen en diversos contextos: en la pintura mural de Teotihuacan, Estado de México, del Clásico Temprano, en los murales de Techinantitlan, son variadas y están asociadas a diversos árboles y arbustos con diseños diferentes, en la base como si fuera un nombre o un topónimo, otras veces refiriéndose al canto y a lo bello de las palabras, simbolizado en las vírgulas de las palabras; en ocasiones, aludiendo a un lugar paradisiaco como en el Tlalocan de Tepantitla.

Las flores eran símbolos de belleza y pureza en la cosmovisión prehispánica, es una manera de interpretar el mundo de los pueblos ancestrales de Mesoamérica, la flor representaba lo natural y lo sobrenatural. 

La flor simbolizaba la vida, la muerte, la creación, el hombre, el lenguaje, la amistad, el arte, el señorío, el cautivo en la guerra, la misma guerra, el cielo, la tierra y también, era un signo calendárico que acompañaba al hombre desde su concepción hasta su entierro.

Teotihuacan “Lugar donde los hombres se convierten en dioses”

Mucho antes de que los mexicas fundaran México-Tenochtitlan (1325-1521), existió una esplendorosa urbe, los aztecas en su peregrinar desde el norte al altiplano central de México, descubrieron esta ciudad en ruinas, la nombraron Teotihuacán o Teotihuacan, en náhuatl Teotiwahkan “lugar donde los hombres se convierten en dioses” o “ciudad de los dioses”, también llamada Teohuacan, en náhuatl, Teowahkan “ciudad del sol”; según investigaciones su apogeo tuvo lugar durante el Período Clásico, entre los siglos I y VII d.C., después iniciaría su declive. En dicho período la ciudad alcanzó a tener una superficie de casi 21 km², con una población de 100 mil a 200 mil habitantes.

Teotihuacan, fue el centro cultural político y religioso más importante de Mesoamérica, que ejerció su influencia en otras culturas mesoamericanas, es una de las maravillas arqueológicas del mundo, declarada por la UNESCO en 1987, Patrimonio de la Humanidad.