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Si bien el origen preciso del trabajo con hojalata es incierto, se cree que los antiguos zapotecas y mexicas confeccionaban piezas como brazaletes y collares para guerreros. Desde entonces, esta artesanía se ha transmitido de generación en generación especialmente en Oaxaca, por ello es una artesanía oaxaqueña muy representativa hasta el día de hoy.

Una aleación que cobró vida

La hojalata, resultado de la aleación de latón y bronce, se distingue por su ligereza, brillo, resistencia y bajo costo, lo que la hace versátil en numerosas aplicaciones. Las herramientas utilizadas incluyen tijeras para metal, yunque de metal o madera, mazo, martillo, punzones, cinceles, escuadra, regla, soldadura de estaño y cautines. Además, se emplean anilinas a base de solventes y base de plomo para el grabado de las piezas, con todo ello los artesanos demuestran que son poseedores de una amalgama de habilidad técnica y creatividad.

Originalmente se le denominada hojalatería de servicio pues este oficio se centraba en la fabricación de utensilios de cocina y objetos para el uso cotidiano, como lavamanos, duchas y jarras de agua. A medida que estos objetos cayeron en desuso debido a la preferencia por productos industriales y materiales alternativos, los artesanos tuvieron que encontrar nuevas formas de preservar esta artesanía mexicana y su oficio.

De esta forma, se movieron a la creación de artesanías de hoja de lata centrándose en realizar piezas con acento decorativo incorporando motivos de la naturaleza ya fueran florales, de hojas o de animales, así como diseños más geométricos. Así se pueden encontrar espejos decorativos y marcos para fotografías; lámparas y farolas con patrones perforados que hacen efectos de luz que se pueden usar tanto en interiores como en exteriores; adornos varios para el hogar como jarrones o bandejas; joyas como brazaletes, aretes o collares que retoman esos patrones y el colorido vibrante; animales como iguanas, pájaros y mariposas.

La hojalatería y los motivos religiosos

Una mención especial merecen los milagritos, que son figuras fabricadas por los artesanos originalmente para que los fieles manifestaran su gratitud a algún santo o alguna advocación de la Virgen por algún favor que les habían pedido. Se trata de pequeñas figuras que podían ser un brazo o pierna o alguna otra cosa que fuera alusiva al favor recibido, pero también se usan mucho los corazones en alusión al Sagrado Corazón de Jesús.

Este tipo de artesanía ha sido muy importante en el Istmo de Tehuantepec desde hace más de noventa años, y no sólo incluía los milagritos sino candelabros, marmotas y relicarios para las iglesias católicas.

Algunos de esos objetos de corte religioso todavía se ofrecen en las tiendas locales, pero también se han adoptado como detalles en la decoración solos o combinados con espejos. De esta manera se saca provecho de su diseño tradicional, se incluyen los colores llamativos y se puede dar un toque particular al hogar. 

Por todo lo anterior, la hojalatería no solo sobrevive, sino que florece. Las creaciones exhiben detalles inspirados en la naturaleza, animales y eventos religiosos como bodas y bautizos. La diversidad de motivos se extiende a festividades y tradiciones regionales, demostrando la riqueza cultural y creatividad de los artesanos.

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Fuentes:

https://oaxaca.eluniversal.com.mx/mas-de-oaxaca/artesanias-de-hojalata-en-oaxaca-300-anos-de-un-oficio-en-resistencia 

https://mercaideas.mx/2021/01/14/origenes-artesanias-de-hojalata/ 

https://www.guioteca.com/manualidades-y-artesania/oaxaca-la-magia-de-los-corazones-de-hojalata/ 

https://loscincosoles.com/es/que-son-los-milagritos-arte-mexicano/?v=0b98720dcb2c