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Los vocablos Laca y Maque, el primero de origen Persa (Lacks) y el segundo árabe (Summac), se utilizaron de manera indistinta y ambigua para designar el trabajo del laqueado en objetos diversos para protegerlos de la humedad, el calor y el paso del tiempo, al secarse da como resultado una superficie resplandeciente o platinada muy resistente.  

El terminado se logra mediante la combinación de un mineral finamente pulverizado y pigmentado. Éste se aglutina y adhiere a la superficie en la que se deposita por medio del “axe” o “aje” que es una goma Laca, la cual se obtiene a partir de un insecto que puede ser de las especies Coccus axin o Laveia axin, Para facilitar su aplicación se reblandece con un aceite secativo, que originalmente fue el de chía y a partir del virreinato también se usó, como hasta nuestros días, el de linaza.

En México, la práctica del laqueado se remonta a tiempos prehispánicos, antes de la llegada de los europeos; según descubrimientos de varios arqueólogos que han encontrado en distintas regiones del país restos de pintura aplicada a diferentes objetos.

Esta destreza se utilizó para el recubrimiento y decoración de cortezas vegetales, objetos de madera, incluso existen registros de que fue adaptada al barro. Por la necesidad de resolver problemas domésticos, tales como contener líquidos, guardar y transportar granos y semillas, taparse la cabeza, en sí, para facilitar sus actividades cotidianas, fue aplicada en jícaras. bules, guajes, calabazas, tecomates, jícaras y otros nombres que se les dan según la región del país.

Los cronistas españoles dejaron textos que atestiguaron el uso de estos objetos y su decoración, manifestando su halago y admiración por su belleza, comparándolo con las lacas chinas que ya tenían un prestigio internacional, diversos países europeos y asiáticos ya ejercían la técnica, debido a este cotejo, se propició la diversificación de la producción, pasando de jícaras y otros recipientes a los muebles.

¿Sabías que?…

El emperador Moctezuma, saboreaba la majestuosa bebida del cacao, “elixir de los dioses”, en jícaras tratadas y decoradas por medio de esta práctica.

A principios del siglo pasado en Olinalá se acostumbraba dar a los recién casados un arcón de 80 centímetros y las cajas tostoneras de madera de Lináloe, aromáticas por naturaleza, que servían para guardar las cartas de los novios…

Fusión de culturas

El mestizaje cultural durante la colonia, dio pie a la a la aplicación del oro, como se hace actualmente en Olinalá y en Pátzcuaro, así como a la introducción de colorantes químicos, sin que la técnica sufriera grandes alteraciones, preservando el método prehispánico, potenciando así su creatividad y originalidad, con lo cual fue posible la continuidad de su ejercicio en el siguiente siglo.

Debido a los acontecimientos sociales que se vivían en el país experimentó un decaimiento durante las primeras décadas, como sucedió con muchas otras actividades. Su pleno resurgimiento acontece como resultado del evento natural de erupción del volcán Paricutín en 1942, hecho que atrajo la atención internacional y la visita de turistas de todo el mundo. El principal producto artesanal de Chiapa de Corzo es la laca. Chiapas, Guerrero y Michoacán son los únicos estados que siguen produciendo en México objetos laqueados.

En la actualidad se conservan formas y diseños tradicionales, que se amalgaman a las europeas y chinas, así el oficio transitó de las manos indígenas a las mestizas y su exclusivo repertorio formal de jícaras, se transformó en un vital y amplio conjunto de nuevas formas, destinadas a su vez a funciones más decorativas que utilitarias.

Hoy esta actividad es predominante en Olinalá, en náhuatl “tierra en movimiento”, pueblo del estado de Guerrero, haciendo de nuestros artífices la aristocracia de la artesanía en México, y de nuestra tierra el centro de laqueo más importante de América.

Las famosas cajas aromáticas de madera de Lináloe le han dado a México un reconocimiento internacional. La exquisitez de la fragancia que surge de ellas, es producto de machetear el árbol con el fin de que la madera absorba más rápido el agua en temporada de lluvia y el aroma de la madera se intensifique.

La madera de Lináloe sigue sembrándose en Olinalá, Morelos y Puebla, actualmente existen programas sociales que se dedican a preservar y sembrar la madera originaria de Olinalá.

A principios del siglo pasado en Olinalá se acostumbraba dar a los recién casados un arcón de 80 centímetros y las cajas tostoneras de madera de Lináloe, aromáticas por naturaleza, que servían para guardar las cartas de los novios…

Proceso de elaboración

1.-Carpintería. Se corta, resana y lija la madera.

2. Barniz. Se baña la pieza con aceite de linaza y/o chía para que tenga mayor durabilidad la pieza.
3. Decoración. Se utiliza pigmento natural.

La primera capa de color negro, surge de la combinación de la arena de “tolte” (piedra molida llamada tolte) y la arena negra que se obtiene de la quema de la corteza del árbol de nache o encino y después se muele hasta llegar a la consistencia de arena).

Para la segunda capa de color se toma arena blanca (tolte) y se mezcla con el pigmento de color para dar los diferentes tonos a los decorados.

4. Recorte. Es el tallado que le da forma a las líneas que le dan la figura del decorado.
5. Punteado. El decorado a base de punto con pinceles elaborados con pelo de gato.

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