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Chaquira  ¡La hermosa joya que decora el Arte Huichol!

Me encantaría lucir un collar o pectoral huichol con mi vestido rojo, sentir e imaginar como los huicholes, hilaron la chaquira guiados por sus dioses y ancestros, plasmando los símbolos sagrados de su cultura.

 

Arte en Hierro  ¡Bellezas que se moldean a golpes!

En tiempos actuales, el hierro forjado o también llamado hierro dulce, se ha destinado para la elaboración de objetos artísticos decorativos para el hogar y jardines, la exposición de cualquier pieza ofrece un agradable ambiente cálido colonial mexicano, de la misma manera, oficinas y restaurantes son ideales para lucirlos.

 

Para embellecer cualquier espacio, podemos encontrar la forja del hierro en faroles con sus ménsulas; ornamentos para mesas como candeleros o figuras estilizadas; espejos, esculturas, maceteros con diseños exquisitos; mesitas esquineras o de pared con garigoleados; en muebles, la forja aparece combinada con madera en comedores, salas o sillones de descanso; también existen los marcos para letreros comerciales, entre muchos otros; y lo mejor “que nunca pasan de moda”.

Huicholes ¡Tradiciones mágicas de un pueblo!

Para entender el arte huichol, es necesario que conozcas sus costumbres y su tradición más significativa la “búsqueda del peyote”

 

Peregrinación a Wirikuta

 

Los wixáritari, (huicholes) acompañados por los maraka´ames, (Chamanes) y los xuxuricare (jicareros o guardianes de los templos) peregrinan durante los meses de octubre y marzo, desde la región Wixárika en Jalisco hasta su lugar más sagrado en el Cerro del Quemado, Wirikuta, un desierto en San Luis Potosí, de acuerdo a su cosmovisión es el lugar “donde nace el sol”,” donde se originó el mundo”. En su corazón, llevan las historias orales trasmitidas por sus abuelos y ancestros, al llegar a hic, los peregrinos realizan sus plegarias, los chamanes danzan y cantan en la tradicional ceremonia sagrada, llevan velas, jícaras y flechas con las que señalarán el peyotero, es entonces cuando realizan la caza del hicuri o peyote, (corazón del Dios venado), comúnmente crece debajo de matorrales, aparece en grupos que van desde tres, hasta más de cincuenta, lo cortan y comparten un porción entre los iniciados, hombres, mujeres y niños, sus raíces son enterradas para que retoñen y encima colocan las ofrendas, el rito es primordial para purificarse, conservar el equilibrio con la naturaleza, platicar con sus ancestros y encontrar la sabiduría de los dioses, un resto de hicuri lo llevarán a sus comunidades para compartirlo y utilizarlo en los rituales religiosos diarios. Este peregrinaje ha sido la única forma de conservar vivo el legado mesoamericano de esta cultura antigua.